Pensé que Santa Claus no existía cuando ...
Jess está en plena depresión, acaba de enterarse de que el daddy NOEL no existe y que desde cualquier pequeño le mentimos. Las lágrimas corren cálidamente por su rostro juvenil. Es entonces que, por arte de magia, aparece el verdadero daddy NOEL, que le dará su gran polla para bombearlo para consolarlo y luego llenará su agujero con su gran trineo. Esta Navidad, seguro, no será como las otras.